Continúan promesa tras promesa, cuando el plan es exactamente esto mismo. Por desprecio. Por odio. Para aumentar los privilegios. Para que la miseria planificada se multiplique en todos los rincones.
Secuestran comida. Se roban los medicamentos. Saquean al Estado. Le dan la espalda a los barrios. Liberan todos los aumentos menos los salarios, que siguen congelados devaluándose hora a hora.
En Argentina, millones de niños no cenan. Millones solo comen en la escuela, y los sábados y domingos -con suerte- a puro mate cocido. En plena democracia. En pleno país con enormes producciones alimentarias. En plena condena nacional con el fascismo manejando los hilos para que el 1% del país, de riquezas desproporcionadas, repleten los bolsillos. Para que el balance falso pueda ser retocado y festejarlo. Para que la hojita de excel la publiquen los voceros del peor gobierno democrático de la historia. Para que todavía aplaudan los que comen todos los días, llegan a fin de mes, se acuestan calentitos, y jamás le retumbe en la cabeza -o en la conciencia- que 7 de cada 10 pibes comen una vez al día. Que la pobreza llega casi al 60% del país. Que 1 de cada 5 somos indigentes. Pero las principales noticias son otras. Pero en la agenda de este grotesco al Poder nada de esto entra. Porque para esto vinieron. Porque de esto están hechos. Porque responden a los intereses que celebran semejante realidad.
Porque a pesar de todo… siguen siendo gobierno. Por eso continúan. Porque tristemente a muchísima gente cada vez les duele menos esta noticia. Porque no la sufren. Porque comen. Porque sueñan. Y porque están eligiendo qué sentir.