Nació en la ciudad de Bs As en 1940. A los 17 años empezó a trabajar como obrero metalúrgico. Dado su compromiso, los compañeros lo nombraron delegado sindical. Fue uno de los fundadores y militante de la Juventud Peronista. Después de cumplir su turno en la fábrica se iba a leer a la biblioteca para formarse como cuadro político. El jueves 23 de agosto de 1962 (tenía entonces 22 años) salió de su casa de Flores en dirección al laburo y al 1776 de la calle Canalejas, a las 23:30 hs unos autos frenaron cerca de él y sus ocupantes se le echaron encima. Felipe se aferró al árbol que estaba frente al número señalado, pero lo metieron en uno de los vehículos a empujones y huyeron velozmente. ¿Los autores? La policía de la pcia. de Bs A y la Federal. Lo hacían responsable de un delito que jamás cometió. El día de su secuestro se llevaron también a su hermano Ítalo y a unas seis personas más. Todos y todas recibieron vejámenes y torturas. A Felipe lo llevaron hasta la comisaría primera de San Martín y luego a Villa Lynch. Gobernaba la Nación José María Guido, un radical que se hizo presidente después del golpe contra Arturo Frondizi, el 29/3/ 1962. Fue un Gobierno lamentable que duró un año y medio. Hubo movilizaciones masivas exigiendo la aparición con vida de Felipe. Se pidió información a los distintos penales del país, a los jueces y a la policía; pero todos decían no saber nada. (¿Te suena?). Las compañeras y los compañeros de Vallese recobraron su libertad. De Felipe nunca más se tuvo noticias, no se sabe si lo mataron intencionalmente o murió como consecuencia de la tortura. Es considerado el primer desaparecido peronista del país. En “Felipe Vallese, proceso al sistema”, del año 1965, se lee: Violencia en los hombres que lo mataron, violencia sobre el cuerpo de Vallese, violencia en los funcionarios que miraron indiferentes el hecho atroz, violencia en quiénes aceptaron sin investigar, violencia en quiénes toleraron. Una red de complicidad envolvió a Felipe Vallese y lo llevó a la muerte. ¿Te suena..?. No estamos hablando del caso Loan ni del caso Santiago Maldonado, hablamos de un hecho sucedido hace 62 años… La calle Canalejas ahora se llama Felipe Vallese, hay una placa recordatoria y hay un árbol de la especie paraíso allí; no sé si es el mismo al que se aferró Felipe aquella vez. Sí sé, que los matones que se lo llevaron siguen siendo parte esencial de un engranaje despiadado. En esos años y aún hoy, en los cuatro puntos cardinales de la memoria, hay un grito que estremece: “Vallese no aparece…”